Archivo por meses: enero 2016

Adiós y hola!!

 

Querido 2015:

Te despido como el peor de mis años, y no porque en ti hubiesen hecho terriblemente desgraciados. De hecho, fuiste la suma de pequeños hechos raros, increíbles y nada agradables, que hicieron que te diera este  nada favorable calificativo.

Desde un vacio, hasta el sinsabor del desamor, la nostalgia y la frustración.

Llevas contigo, días tristes, grises y desesperanzadores. No prometo ni espero nada en este 2016, nada más que haber aprendido cada una de las lecciones que me dejaste y poder dejar llenar mi vida de la sabiduría que solo las experiencias traen en sí  mismas.

Dejo a un lado, aquellas personas que con alguna actitud amargan lo dulce de la vida; las asumo como maestras, como guías en este camino eterno del viaje de la vida.

Me doy permiso para saber que no logre mucho de lo que me propuse, lo cual no me hace fracasada, me ayuda a plantear el rumbo de mi vida y con él, el sentido de mi existencia.

Del amor, poco o nada que decir, solo guardaré silencio ante todos sus matices, luces y sombras.

Tal como Perséfone, aun continuo en mi tiempo  de otoño – invierno, sumergida en las profundidades de las cavernas del averno, donde cada palabra es una tortura, donde cada persona es un golpe, donde cada segundo es eterno, porque duele y porque pasa el tiempo.

Para dar cuenta de mi fe, debo decir que se que llegaran los tiempos de la cosecha, en donde como dice el salmista, cosecharé con alegría trayendo mis gavillas.

Querido 2016:

No me imagino que traes entre manos, no pretendo que seas mi año, ni que seas el mejor, ni este año si: quiero vivirte, disfrutarte, sentirte, que al final me quede la sensación de que yo pase por ti y no tu por mí. Me dispongo hermano tiempo a lo que pretendes según el orden divino que tiene las cosas en el Universo, y a las vivencias causales de mis actos repetidos una y otra vez en la espiral de Kairos.

Lo único que quisiera que dejaras a mi lado, son aquellas personas, que nombro con el corazón y me acompañan en el día a día de mi caminar; pero sé que algún día te las llevaras, así que  me propondré las que estén, poderlas disfrutar.